El problema, las consecuencias, y las soluciones de pruebas rápidas
HeLas infecciones asociadas a la atención médica (Healthcare Associated Infections, HAI) son una preocupación mundial que causa una mortalidad y morbilidad significativas, así como un aumento en los costos de la atención médica en todo el mundo.
Clostridium difficile es la causa más común de diarrea asociada a la atención médica en los países industrializados.1 En América del Norte, C. difficile está presente en 13 de cada 1000 pacientes hospitalizados2 y la carga económica anual estimada es de aproximadamente $3,2 mil millones.3
El problema
Comúnmente se asocia con la exposición previa a antibióticos de amplio espectro que afectan la flora intestinal normal de un paciente, lo que permite que C. difficile prolifere y cause la enfermedad mediada por toxinas. Esto puede derivar en afecciones graves que ponen en peligro la vida, como la colitis pseudomembranosa (PMC).

Las consecuencias
La CDI es una consecuencia del uso de antibióticos, que se ve agravada por el uso inadecuado y generalizado de agentes de amplio espectro. Cualquier paso que pueda implementarse para abordar eficazmente la terapia con antibióticos de espectro estrecho tendría un impacto positivo en la incidencia descendente de CDI, así como una reducción sustancial de los costos de atención médica asociados.
Además, los diagnósticos para CDI representan un desafío. En los últimos tiempos, las pruebas inmunoenzimáticas tradicionales para las toxinas A/B se han identificado como subóptimas en cuanto a rendimiento y en diversas pautas nacionales no se recomiendan como pruebas únicas.1,4,5,6,7
Más recientemente, las pruebas de base molecular han aparecido en el mercado, pero los últimos datos sugieren que estas pruebas no son lo suficientemente específicas para ser utilizadas como pruebas únicas.8 Existe una preocupación real de que estas pruebas puedan sobrediagnosticar CDI, lo que resulta en una terapia antimicrobiana inadecuada y una mayor probabilidad de una reinfección más grave.