El problema, las consecuencias, y las soluciones de pruebas rápidas
Cada año, la influenza (gripe) causa infección grave y la muerte en todo el mundo, generalmente en los meses de invierno (influenza estacional). Las cifras más recientes sugieren que, en todo el mundo, estas epidemias anuales causan entre tres y cinco millones de casos de enfermedades graves y entre 250 000 y 500 000 muertes.1
El problema
Los síntomas de la influenza son similares a los de otras infecciones respiratorias comunes. Los pacientes que presentan estos síntomas comúnmente son tratados empíricamente, sin un diagnóstico formal.
El problema en relación con la administración antimicrobiana es doble. Los pacientes con enfermedades seudogripales (Influenza-Like Illness, ILI), a menudo se tratan con antibióticos tras un diagnóstico médico basado solo en los síntomas, aunque la causa más común de este conjunto de síntomas es la influenza, una infección viral. Los antibióticos no son eficaces contra los virus.
Por otra parte, a estos pacientes a menudo se les recetan automáticamente antivíricos para la influenza, que no serán necesarios si la influenza no es la causa de la infección y solo son eficaces si se recetan dentro de las 48 horas posteriores al inicio de los síntomas.

Las consecuencias
La resistencia a los antivíricos de la gripe está emergiendo. Muchas cepas de influenza ya han desarrollado resistencia a la clase más antigua de antivíricos contra la gripe, los adamantanos. Después de cuatro décadas de uso efectivo en la profilaxis y el tratamiento de la influenza, la resistencia global a estos medicamentos ha aumentado considerablemente entre los virus de influenza del subtipo A/H3N2 en los últimos años.2
La nueva clase de antivíricos contra la influenza, los inhibidores de la neuraminidasa, el oseltamivir (Tamiflu) y el zanamivir (Relenza), actualmente son adecuados para todas las cepas. Sin embargo, ya se ha observado resistencia esporádica a oseltamivir, y actualmente no contamos con otra línea de defensa. Durante la temporada de influenza 2007-2008, la resistencia al oseltamivir entre los virus de la influenza A(H1N1) aumentó significativamente por primera vez en todo el mundo.3